Neurobiología del Psicópata (VI parte)
Semiología Psiquiátrica y Psicopatía - NEUROBIOLOGÍA DEL PSICÓPATA - Dr. Eduardo A. Mata
Desde hace tiempo se ha argumentado que la baja respuesta cortical puede ser una causa determinante de comportamiento criminal. Aunque estas teorías no han estado inicialmente dirigidas a explicar la violencia, una variedad de fuentes indican que los ofensores violentos, en particular, pueden ser corticalmente bajo alertables. El alerta reducido se lo supone vinculado con la búsqueda de sensaciones; como consecuencia, a esta teoría se la analiza conjuntamente con la teoría del alerta, de la que nos ocupamos más arriba. Esta última ha sido más frecuentemente verificada midiendo las respuestas fisiológicas, especialmente el EEG y los potenciales evocados pero, como se ha visto ya, el alerta autonómico ha sido visto también en el marco de la teoría del arousal.
Hay muchos estudios que han evaluado el alerta en delincuentes y criminales, pero una dificultad importante para obtener conclusiones reside en que esos estudios provienen únicamente de tres fuentes: las respuestas fisiológicas electrodérmicas, cardiovasculares y corticales. Además, estos estudios no son prospectivos, y fueron llevados a cabo en poblaciones institucionalizadas.
Un estudio prospectivo reciente demuestra que la baja alertabilidad puede ser crítica en el desarrollo del comportamiento antisocial y criminal. La conductancia eléctrica de la piel en reposo, el rendimiento cardíaco y la actividad EEG fueron determinadas en 101 chicos de 15 años, y vueltas a determinar 9 años después, cuando tenían 24. Los hallazgos se han mostrado en las figs. 5, 6 y 7. Se encontró que los criminales tenían significativamente menor gasto cardíaco, reducida conductancia en la piel y más frecuencia theta en el EEG que los no criminales. Estas tres mediciones clasificaron correctamente al 74% como criminales. Estas relaciones no parecen estar condicionadas por clase social, habilidades académicas, o área de residencia.
Este estudio sugiere que si estas comprobaciones fueran llevadas a cabo en poblaciones no institucionalizadas y no seleccionadas, se pueden encontrar evidencias aún más fuertes sobre las relaciones entre los aspectos biológicos y la criminalidad. La baja alertabilidad fisiológica es un constructo muy utilizado pero extremadamente complejo, dado que las tres mediciones mencionadas no suelen estar correlacionadas en la población general. El hecho de que las tres coincidan para predecir crimen en una misma muestra puede ser visto como concediendo algún grado de replicación de las vinculaciones del alerta con el crimen.