Una de las formas primarias en las que manejamos las emociones dolorosas es literalmente “comer hasta entumecernos,” con alimentos densos y difíciles de digerir—los llamados “alimentos cómodos o de consuelo” (término conocido como “comfort foods” en inglés.) Esto es efectivo debido a la naturaleza de nuestros sistemas nerviosos. Nuestros cuerpos tienen una cantidad finita de energía nerviosa en cualquier momento dado. La digestión de la comida y la conducción de emociones demandan cada una tanta energía que no pueden ser realizadas simultáneamente.
La relación de amigovios puede estar de moda y marcar tendencia entre los jóvenes y gente de mediana edad, pero algo que nadie mide en el tiempo, es el costo emocional que esto puede acarrear. Las relaciones de amigovios no son para todos. Uno de los riesgos más importantes es cuando uno de los dos se enamora del otro, y no es correspondido de igual manera. Este vínculo es de carácter superfluo en comparación a otras formas de vinculación mas estables de pareja; porque aquí hablamos siempre de un vínculo de amistad, sea superficial o verdadero, que no prospera en el tiempo. No entra dentro del campo del amor, ni del enamoramiento. Puede ocurrir que los amigovios se enamoren el uno del otro, pero no es lo usual.
Tener un guía espiritual no significa perder la responsabilidad de su propia vida, nosotros mismos debemos guiarnos absolutamente y descubrir a nuestro maestro interior. Lo que no impide que para aprender a practicar correctamente el zen haya que encontrar a un maestro lo suficientemente competente y experimentado para no llevarnos por un camino falso.
Nuestro sistema inmunológico es muy complejo y de tal perfección que siempre produce asombro. Frente a un virus que invade el cuerpo, se mueve con una inteligencia increíble, reconociendo al invasor extraño y destruyéndolo. Las células que primero aparecen son las llamadas T, porque maduran en la glándula timo. Las células que forman el sistema son los linfocitos, o células B, que se originan en la médula ósea.